Hotline Miami es una experiencia que se sale de la norma por varios motivos, siendo el más evidente la peculiar escenografía visual que emplea, a medio camino entre el marcado entorno de la época de los 16 bits. Más allá del consagrado homenaje a los títulos de esta generación, la peculiar disposición gráfica permite realizar movimientos precisos, de tal manera que la atención del jugador se centra únicamente en la acción. Asimismo, se fomenta un acceso rápido a los momentos de acción, que representan la base de esta aventura. Sin ellos no se comprendería el gusto por una marcada ambientación ochentera repleta de guiños hacia las películas más emblemáticas de esta época, o las que mejor han sabido representar la esencia criminal de este momento.
miércoles, 20 de mayo de 2015
Luces de neón, sangre, violencia y droga: Miami era la ciudad del pecado en la década de los 80. La acción desenfrenada por excelencia de aquella época se plasma en Hotline Miami como pocas veces se había visto en el pasado. Un tributo a los amantes de lo retro, toda vez que una propuesta tremendamente adictiva, original y entretenida. Conexión con la muerte.
Hotline Miami es una experiencia que se sale de la norma por varios motivos, siendo el más evidente la peculiar escenografía visual que emplea, a medio camino entre el marcado entorno de la época de los 16 bits. Más allá del consagrado homenaje a los títulos de esta generación, la peculiar disposición gráfica permite realizar movimientos precisos, de tal manera que la atención del jugador se centra únicamente en la acción. Asimismo, se fomenta un acceso rápido a los momentos de acción, que representan la base de esta aventura. Sin ellos no se comprendería el gusto por una marcada ambientación ochentera repleta de guiños hacia las películas más emblemáticas de esta época, o las que mejor han sabido representar la esencia criminal de este momento.
Semejante estilo viene acompañado de una extremada violencia visual que trasciende sus coloridos gráficos para trasmitirnos algo mucho más oscuro, una violencia sucia que invade nuestros sentidos al ritmo de la música hasta el momento final en el que eliminamos a nuestra última víctima, con un sobrecogedor silencio que hipnotiza nuestros sentidos y los fija en las acciones del personaje que mueve nuestros dedos.
Hotline Miami es una experiencia que se sale de la norma por varios motivos, siendo el más evidente la peculiar escenografía visual que emplea, a medio camino entre el marcado entorno de la época de los 16 bits. Más allá del consagrado homenaje a los títulos de esta generación, la peculiar disposición gráfica permite realizar movimientos precisos, de tal manera que la atención del jugador se centra únicamente en la acción. Asimismo, se fomenta un acceso rápido a los momentos de acción, que representan la base de esta aventura. Sin ellos no se comprendería el gusto por una marcada ambientación ochentera repleta de guiños hacia las películas más emblemáticas de esta época, o las que mejor han sabido representar la esencia criminal de este momento.
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